Tacheles es un lugar que no viene en las guías de viaje al uso, pero que encontré buscando graffitis en Berlín en agosto de 2010. Un espacio libre, de arte callejero, que para mí -por su peculiaridad y atmósfera-, se convierte en una experiencia imprescindible en la capital alemana.
Una de las impresiones que uno se trae de una ciudad tan heterogénea como Berlín es que se respira arte y cultura por todos los rincones, sobretodo arte y cultura alternativos.
El edificio donde se ubica Tacheles lo ocupaban unos antiguos almacenes; posteriormente fue utilizado por los nazis y quedó destrozado tras la Segunda Guerra Mundial. El gobierno de la Alemania del Este aprobó su demolición pero, afortunadamente, ésta nunca se llevó a cabo. Tras la caída del muro, en 1989, decenas de artistas lo descubrieron y lo convirtieron en algo así como en “un centro okupa del arte” que todavía perdura, con más pujanza si cabe.
A pesar de lo cutre del lugar -oscuro, laberíntico y maloliente-, no hay que privarse de explorar sus rincones plagados de graffitis, donde en alguna escondida estancia podemos encontrar a un artista en pleno proceso de creación. En el patio trasero se ubican numerosos talleres y algunos bares donde al anochecer se escucha buena música.
Tacheles Kunsthaus: Oranienburgerstrasse 56. Berlín.
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